Dicen que Rafa Nadal tiene un montón de manías, tics o supersticiones antes de salir a jugar: salir siempre detrás de su oponente, tocarse los hombres, la cinta del pelo y la nariz antes de cada saque, cambiar la raqueta cada 8 juegos…Pero no solo él es el rey de las manías, muchos otros deportistas, cantantes o actores tienen las suyas.

¿Son estas las que hacen que Rafa gane los partidos o que un actor tenga éxito en su obra de teatro?

Por supuesto que no. No solo ellos son supersticiosos, cada uno de nosotros tiene sus propias creencias ¿quién no tiene un boli especial para hacer exámenes, una camiseta preferida para jugar los partidos o toca madera cada vez que quiere que algo vaya bien?

Además dentro de la cultura popular hay muchas cosas que si te pasan, te pueden llevar a tener mala suerte: Que te barran los pies con una escoba, que se cruce un gato negro en tu camino o romper un espejo, entre muchas otras.

 

Pero… ¿por qué aparecen las supersticiones?

SupersticionesUna superstición es una idea mágica o irracional que consiste en relacionar determinados objetos o hechos con un beneficio o con seguridad. Esto ocurre de forma casi automática en nuestro cerebro ya que es experto en crear patrones, es decir, en establecer relaciones entre sucesos aleatorios.

Para entenderlo mejor vamos a poner un ejemplo:

Seguro que os ha pasado alguna vez que os habéis puesto una camiseta o una gorra y que después vuestro equipo favorito ganase el partido, en ese momento tu cerebro hace la asociación:

Partido + camiseta= victoria del equipo

A partir de ese momento tu cerebro crea la asociación de que si llevas esa camiseta el próximo partido tu equipo tiene muchas más posibilidades de ganar.

Lo mismo ocurriría con el “boli de la suerte”, un día que no estas especialmente seguro de cómo te va a salir el examen, lo haces con el boli que más te gusta y casualmente luego obtienes muy buen resultado en la prueba. En ese momento este boli se convierte en tu amuleto y miedo tienes del día en que se termine.

 

Pero, ¿por qué somos supersticiosos?

Cualquier persona cuando se levanta sabe más o menos  lo que se va a encontrar en su día debido a que vamos almacenando nuestras experiencias y creando rutinas. Somos como radares que hacemos patrones y a partir de estos creamos certezas de lo que nos va a suceder. Todo esto nos ayuda enfrentarnos al mundo de forma más tranquila y sin estar constantemente alerta.

La conducta supersticiosa es una forma de controlar nuestra realidad y la incertidumbre que esta nos provoca y que tanto nos cuesta de aceptar, ya que no podemos controlar todo lo que pasa a nuestro alrededor, no depende de nosotros que nuestro equipo gane el partido o que la profesora nos pregunte los temas que más nos hemos estudiado.  Así que por esta razón la superstición se ha mantenido a lo largo de la historia, porque es la que nos ayuda a controlar la tensión y la incertidumbre.

 

¿Cuándo se convierte en un problema?

La superstición como pensamiento mágico, es un pensamiento carente de lógica y que llegado un momento puede convertirse en algo que nos sentimos obligados a hacer para sentirnos seguros en nuestro día a día.

Cuando una superstición deja de ser una simple manía o hecho aislado y se convierte en todo un ritual que te ves obligado a realizar para afrontar la situación, cuando te lleva un tiempo exageradamente largo realizarlo todo (como por ejemplo necesitas media hora para hacer todos los rituales antes de salir de casa), cuando te causa problemas laborales, familiares o en tu relación de pareja y sobre todo cuando no puedes decidir por ti mismo que no lo vas a hacer más debido al alto grado de ansiedad que te provoca, en ese momento tu superstición se ha convertido en una obsesión y ya hablaríamos de un problema psicológico en el que necesitarías de ayuda de un profesional.

Espero que os haya resultado interesante el post. Recordad que si tenéis alguna duda, pregunta o curiosidad os podéis poner en contacto conmigo mediante el formulario de contacto que encontraréis a la derecha o dejando un comentario aquí debajo. ¡¡FELIZ VIERNES!!