Si hay algo que nos fascina son los sueños.En mi experiencia personal, a mis amig@s les encanta contarme los sueños que han tenido para que intente darles un cierto significado, interpretarlos, darles un carácter de premonición o solo para que les dé mi opinión como psicóloga.

Interpretación de los sueñosY es que desde la antigüedad el ser humano ha querido darle significado a estas imágenes que aparecen en nuestra mente mientras dormimos. Desde Aristóteles hasta Jung, sin olvidarnos por supuesto de Freud.

El más mediático de todos los psicólogos escribió “La interpretación de los sueños”, volumen I y II (se lo tomaba en serio esto Freud). Para él los sueños eran la vía directa a nuestro inconsciente,  el mundo onírico era el lugar donde se realizaban nuestros deseos más profundos.

Para Freud, la interpretación de los sueños era clave (bueno de los sueños, de los lapsus verbales, de los olvidos inexplicables e incluso de los chistes) pero no se podía hacer una interpretación a la ligera de ellos, había que seguir unas reglas, así que esta interpretación salvaje, oscura, mística que han tenido a lo largo de la historia, no cabría dentro del psicoanálisis, sino que sería una herramienta del terapeuta para entender a su cliente y una parte de la cura psicoanalítica con unas reglas claras.

Y es aquí donde llega el simbolismo que dieron Freud y sus compañeros a los elementos que aparecen en nuestras ensoñaciones, pues cada uno de ellos haría referencia a una idea latente en nuestro inconsciente:

IDEA LATENTE
ELEMENTO DEL SUEÑO
Padre
Cualquier autoridad:
Rey, Gobernante, Príncipe, Obispo
Astro: Sol
Madre
Figura:
Reina, Diosa
Astro: Luna
Acto sexual
Actividades corporales rítmicas:
Bailar, Cabalgar, Nadar,
Subir y bajar escaleras
Otros movimientos que denotan colisión:
Lucha, peleas y Choques
Muerte
Viaje, Partir, Ausencia, Abandono, Separación

*Si queréis encontrar más información sobre esto, en la Wikipedia, también os podéis dirigir por supuesto, a la obra completa de Freud.

Lo más curioso de todo esto es que Freud listó una serie de sueños que parece que todo el mundo tiene: sueños en los que mueren personas queridas o cercanas, sueños dónde el soñante se ve desnudo y se avergüenza, sueños donde tenemos que hacer un examen o prueba relevante y sueños donde tenemos un viaje importante pero perdemos el tren, el avión…

Así que parece que soñando tampoco somos muy originales, o que en nuestro inconsciente, todos tenemos más o menos los mismos miedos.

Personalmente, para explicar los sueños me quedo con la afirmación que allá por primero de carrera nos hizo un profesor de psicobiología: Los sueños son actividad eléctrica descontrolada de nuestro cerebro.

Sueños actividad cerebralEste órgano de nuestro cuerpo no para nunca, hasta cuando aparentemente no estamos haciendo nada. Cuando dormimos nuestro cerebro continúa procesando información. De hecho la memoria (los acontecimientos nuevos, las cosas que nos han pasado ese día, los aprendizajes, lo que hemos estudiado) se asienta cuando dormimos.

Así que si prestas atención verás como cuando sueñas, muchas veces aparecen fragmentos de cosas que has vivido, familiares, amigos, conocidos, lugares que conoces o que has visto por la tele, películas, historias que te han contado y un muy largo etcétera. Yo lo explicaría así: es como si cogieras tooooodo lo que has vivido ese día y lo añadieras a tooooodas las vivencias que ya están guardadas en tu cerebro y lo mezclaras batiendo bien fuerte. Así consigues esos sueños, que aunque muchas veces parecen reales o que intentan decirte algo, son una buena mezcla de toda la información que tienes guardada en tu mente.

Y ¿por qué se mezclan las imágenes? o ¿por qué muchas veces no recordamos lo que soñamos? Esto se debe a que mientras estamos durmiendo los caminos de la memoria se conectan y desconectan así que “vemos” las cosas a medias.

La conexión de todos estos circuitos cerebrales cuando dormimos es capaz también de activar todos nuestros sentidos y de esta forma podemos llegar a sentir que nuestro sueño es real ya que lo vemos, podemos oler, escuchar e incluso sentir que nos están tocando, pero cuando despertamos nos damos cuenta de que no tiene ningún sentido o de qué desgraciadamente lo que estábamos soñando no es real, una pena si era un buen sueño.