Las parejas estables se caracterizan por poseer cuatro pilares básicos:
- Buena comunicación
- Muchas cosas positivas compartidas
- Tener un buen sistema para solucionar conflictos
- Negociar poco y de forma sana
Aunque puede haber otro tipo de problemas, cuando falla alguno de estos pilares las relaciones se ven debilitadas y a consecuencia de esto pueden surgir otras complicaciones que empeoren aun más la relación.
Teniendo esto claro, los problemas que más nos llegan a terapia suelen estar relacionados con estos pilares básicos. Aquí tenéis cuales son y algunos consejos para solucionarlos y mejorar la relación.
Falta de momentos positivos entre la pareja. El día a día nos lleva muchas veces a que descuidemos nuestra pareja y nos olvidemos de la importancia que tiene que fomentemos las cosas positivas con ella. El estrés del trabajo, los hijos, la rutina, los problemas económicos…todo esto muchas veces se pone por encima de nuestra pareja y esto es lo que muchas veces hace que no recordemos porque nos enamoramos, porque decidimos estar con esa persona que en un momento llegó a ser tan especial para nosotros. Es fundamental procurar tener un espacio para la pareja y recordar porque nos enamoramos pero también crear nuevos momentos especiales, desde tener una charla antes de acostarse o quedar para comer y preguntarnos como ha ido el día hasta reservar un fin de semana para poder disfrutar de la intimidad. Los momentos positivos son la razón esencial que nos llevan a querer seguir con esa persona, por eso hay que crearlos.
Problemas de comunicación. Muchas veces el problema radica en la forma que tenemos de hablar con nuestra pareja. Tenemos que ser capaces de expresar todas las cosas que nos gustan de la otra persona, pero también tenemos que hablar de lo negativo, de forma respetuosa y siempre escuchando a la nuestra pareja. Muchas veces el problema principal está en que no escuchamos a nuestra pareja de forma consciente porque pensamos que es lo de siempre y pasamos a discutir y a enfadarnos pero sin intentar entender lo que nos está diciendo nuestra pareja, no tenemos que estar de acuerdo con lo que nos dice pero sí asegurarnos de que entendemos el mensaje que nos está transmitiendo: primero ponernos en su lugar y entender y luego responder dando nuestro punto de vista.
No saber solucionar los conflictos. Cuando hay un problema en la pareja ya sea en la relación o fuera de la relación (económico, hijos, trabajo) es muy importante saber resolverlos y tomar decisiones de forma consensuada. Esto se puede mejorar en terapia muy fácilmente aprendiendo técnicas de resolución de conflictos y toma de decisiones, pero aquí entra de nuevo la buena comunicación entre la pareja, puesto que si hay que tomar decisiones importantes hay que sentarse a hablar y decidir entre los dos. Esto hay que reservarlo para estos casos, para el día a día hay que repartir los roles de funcionamiento y asumir que si la otra persona toma una decisión en un momento dado habrá que apoyarla (esto se puede ver mucho con las decisiones que se toman con los hijos, si uno de los dos ha tomado una decisión es importante que la apoyemos y si no estamos de acuerdo decidamos cambiarla pero entre los dos, no desacreditando a la otra persona).
Intentar conseguir cosas de nuestra pareja de forma deshonesta. Muchas veces queremos que nuestra pareja haga cosas que no le gustan y aunque a veces es necesario (ir a esa cena dónde no le apetece estar, encargarse de tareas del hogar más pesadas, acompañarnos a ese sitio que aborrece…) esto es un problema porque se puede convertir en un arma de chantaje y puede provocar peleas y discusiones donde se echan cosas en cara. Por esta razón la negociación en la pareja tiene que darse lo menos posible, es mucho más preferible que cuando se hace una cosa por la otra persona no haya una deuda que pagar al respecto, no decir “si voy a esa cena después me libro de hacer X cosa”. Aunque muchas veces estas negociaciones son inevitables (cuando hay que ir a ver a la suegra, hay que ir y aunque queremos mucho a nuestra pareja no nos gusta hacerlo). Negociar lo justo no es malo, pero siempre dentro de unas condiciones:
– Tiene que ser un pacto entre los dos miembros de la pareja,
– Los dos tienen que estar de acuerdo y hablarse antes
No vale decirle a la otra persona que quieres que haga algo porque fuiste tú el que no se quejó cuando te toco ir a esa cena que no quería. Hacer esto es chantaje a nuestra pareja y genera muchos resentimientos y pensamientos negativos en la otra persona.
Lo que hace que una pareja funcione no es el enamoramiento, es crear una relación sólida con otra persona con la que puedes hablar, confiar y apoyarte en los momentos difíciles y sobretodo con la que puedes disfrutar de buenos momentos y tener más áreas de compatibilidad que puntos de vista enfrentados. Cuando una pareja se respeta, se escucha y cuida su relación tenemos mucho ganado y las dos personas que la forman serán felices dentro de la relación, cuando estos puntos básicos flaquean es cuando surgen los pensamientos negativos, los celos y otros muchos problemas que debilitan la relación haciendo que la pareja se distancie e incluso se rompa.
Por último recomendaros un libro sobre las relaciones de pareja:
“Con el amor no basta” de Aaron Beck.
Feliz Viernes 🙂