Desde hace años el concepto de asertividad flota entre nosotros, hay montones de libros, se estudia en todas las asignaturas de psicología habidas y por haber y  todo el mundo te dice: “Es que tienes que ser más asertivo”

Pero, ¿Qué es realmente la asertividad? ¿Cómo se llega a ser asertivo? ¿Es la clave para solucionar todos nuestros problemas de comunicación con los demás? ¿Eres asertivo?  Vamos a ir poco a poco.

La asertividad es un estilo de comunicación que supone poder comunicarse con los demás de forma abierta y clara. Es un modelo de relación con los demás que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando también los derechos de los demás.

Después de años de investigación en el campo de las Habilidades Sociales, los expertos han llegado a la conclusión de que hay tres estilos de comunicación posible: el estilo pasivo, el agresivo y por supuesto, el asertivo.

Pero no son tres categorías cerradas, si no más bien un continuo. Cada una de ellas tiene unas características especiales y nos sirven para saber en qué punto del continuo pasivo-asertivo-agresivo se encuentra cada uno y  así poder hacer los cambios necesarios para mejorar su estilo de comunicación.

Asertividad

¿Qué características posee cada estilo de comunicación? En la siguiente tabla podéis ver cuáles son las características de cada uno.

 

Pasivo- No asertivo
Asertivo
Agresivo
Comportami-ento externo
Volumen de voz bajo, bloqueos, tartamudeos, silencios, muletillas…
Habla fluida, seguridad contacto ocular directo, pero no desafiante relajación corporal y comodidad postural.  Expresión de sentimientos tanto positivos
como negativos.
Defensa sin agresión, honestidad.
Capacidad de hablar de propios gustos e intereses
Capacidad de discrepar abiertamente
Capacidad de pedir aclaraciones y de decir «no».
Saber aceptar errores. – conocen y creen en unos derechos para sí y para los demás.
volumen de voz elevado, a veces: habla poco fluida por ser demasiado precipitada, habla tajante, interrupciones, utilización de insultos y amenazas, contacto ocular retador
Cara tensa / manos tensas / postura que invade el espacio del otro / tendencia al contraataque
Patrones de pensamiento
Consideran que así evitan molestar u ofender a los demás. Son personas “sacrificadas”
“Lo que yo piense,  sienta o desee no importa, importa lo que pienses, sientas o desees tú.
“Es necesario ser querido y apreciado por todo el mundo”
Constante sensación de incomprensión, de estar siendo manipulado o no tenido en cuenta.
«Ahora sólo yo importo. Lo que tú pienses o sientas no me interesa»
Piensan que si no se comportan de esta forma, son excesivamente vulnerables
Lo sitúan todo en términos de ganar-perder
Pueden darse las creencias : «hay gente mala y vil que merece ser castigada» y/o «es horrible que las cosas no salgan como yo quiero”
Sentimientos y emociones
Impotencia / mucha energía mental, poca externa / frecuentes sentimientos de culpabilidad / baja autoestima / deshonestidad emocional (pueden sentirse agresivos, hostiles, etc., pero no lo manifiestan y a veces, no lo reconocen ni ante sí mismos) / ansiedad /
frustración.
Buena autoestima / no se sienten inferiores ni superiores a los demás / satisfacción en las relaciones/respeto por uno mismo.
Sensación de control emocional.
Ansiedad creciente – soledad /
sensación de incomprensión / culpa / frustración – baja autoestima (si no, no se defenderían tanto)
Sensación de falta de control
Enfado cada vez más constante y que se extiende a cada vez más personas y situaciones
Honestidad emocional: expresan lo que sienten y «no engañan a nadie».
Consecuencias
Pérdida de autoestima / pérdida del aprecio de las demás personas (a veces) / falta de respeto de los demás
Frenan o desarman a la persona que les
ataque.
Aclaran equívocos – los demás se sienten respetados y valorados – La persona asertiva suele ser considerada «buena», pero no «tonta».
Generalmente, rechazo o huída por parte de los demás  Conducta de «círculo vicioso» por forzar a los demás a ser cada vez más hostiles y así aumentar ellos cada vez más su agresividad.

 

Muy común es también el estilo pasivo-agresivo:se trata de una persona callada y no-asertiva en su comportamiento externo, pero con grandes dosis de resentimiento en sus pensamientos y creencias. Utiliza métodos sutiles e indirectos: ironías, sarcasmos, indirectas, etc. Es decir, intenta que la otra persona se sienta mal, sin haber sido ella, aparentemente, la culpable. Esto se debe a una falta de habilidad para afrontar las situaciones de forma diferente.

Después de haber visto la columna de asertividad, parece que si seguimos estas directrices podremos tener un amplio éxito en nuestras relaciones sociales y seremos el colmo de la calma y el buen hacer. Pero para llegar a ser asertivo se tienen que trabajar las habilidades sociales a fondo y además este estilo de comunicación no garantiza el éxito siempre, la clave radica en aprender a discriminar cuando hay que ser asertivo y cuando no.

La asertividad no es la solución a los problemas de relación y comunicación, para solucionar estos tendremos que ser hábiles socialmente, esto quiere decir que cuando realicemos una interacción social este sea:

Interacción social

Dominar las habilidades sociales se consigue a lo largo de la vida, aunque a veces nuestros miedos y pensamientos negativos nos limitan. Por esta razón, cuando notamos que nuestras relaciones con los demás no son cómo nos gustarían debemos formarnos en habilidades sociales para mejorar nuestra capacidad de comunicación, esto nos ayudará  tanto en nuestra vida profesional como personal. Para ello te recomiendo el libro:

“La asertividad, expresión de una sana autoestima” de Olga Castanyer Mayer-Spiess

 
Y por supuesto, si quieres mejorar en tus habilidades sociales de forma rápida y sencilla te recomiendo que acudas a un profesional. Un psicólogo te ayudará a saber qué aspectos de tu forma de comunicación pueden mejorar y te dirá como hacerlo.

 

No olvides que la comunicación con los demás  es la base  para tener buenas relaciones sociales, familiares y laborales.

 

¡Feliz Jueves!