Estamos a 6 de febrero. Hace un poco más de un mes desde que entramos en el 2015. Y ahora la pregunta es: ¿Cómo lleváis los propósitos de año nuevo? Quizá es demasiado pronto para que hayan decaído del todo, pero a muchos lo que nos pasa, es que año tras año empezamos el año con mucha alegría y muchas ideas (estudiaré más, voy a dejar de fumar, este año sí que voy a hacer deporte enserio) pero poco a poco va pasando el tiempo y esa energía e ilusión que nos invadía se va desvaneciendo y vamos dejando nuestros propósitos a un lado.
¿Y por qué nos pasa esto?
En los tiempos que corren es muy difícil estar motivado. Esto es una realidad. Ya sea para dejar de fumar, aprender un idioma nuevo o encontrar un trabajo, seguir con la misma ilusión con la que empiezas el primer día, es difícil. Actualmente estamos rodeados de un ambiente que nos desanima y no nos deja ilusionarnos como es debido, porque tener ilusiones en la vida es algo muy importante para seguir avanzando, para estar motivados y continuar con nuestros planes.
A esto hay que sumarle que la mayoría de los seres humanos somos unos expertos procrastinadores. Esta palabra que suena como un insulto significa ni más ni menos que nos dejamos las cosas para el final, que vamos aparcando nuestros propósitos y hacemos uso de la frase “pues bueno, ya lo haré mañana” y esto puede llegar a convertirse en un problema a tratar en terapia.
La falta de objetivos y la poca disciplina a la hora de hacer algo nos llevará a un estado de ánimo bajo que será el culpable de que no disfrutemos de nuestra vida y de lo bueno que tiene. En el post de hoy os voy a hablar de que cosas podemos hacer para cambiar esto.
Es muy importante ponerse un objetivo a largo plazo, definirlo claramente y visualizarlo. PERO tan importante o más es formular los pasos que vamos a tener que realizar para llegar a él. Marcarse objetivos a corto y medio plazo nos ayudará a darnos cuenta de que estamos avanzando y a reconocernos nuestros éxitos.
Sí, reconocer nuestros éxitos por pequeños que sean. Este es un factor clave para aumentar la motivación. Cuando apreciamos la consecución de nuestros objetivos, nos damos cuenta de que estamos avanzando y por tanto estamos más motivados para continuar con el paso siguiente. Algo muy útil para conseguir esto es hacer una lista con los pasos a seguir e ir tachando. Parece una tontería, pero algo tan visual nos ayudará a darnos cuenta realmente de que lo estamos consiguiendo.
Tenemos que prever que habrá días que probablemente no cumplamos al 100% con nuestro propósito, pero esto no tiene que desanimarnos. No somos máquinas que cumplen sus objetivos sin importar las circunstancias que hay a su alrededor. Todos tenemos situaciones que nos complicarán la consecución de nuestra meta, como por ejemplo no poder dedicarle suficiente tiempo a estudiar inglés porque tenemos más obligaciones. Lo importante en este caso es la constancia, hacer un poco todos los días, por poco que sea, y si ese día no podemos, no olvidarnos de que al día siguiente ¡tenemos todavía un objetivo por cumplir!
Con esto y con una actitud positiva será mucho más fácil lograr lo que nos propongamos. El 60% de la consecución de un objetivo está en creer firmemente que lo podemos conseguir.
Si te has formulado un plan realista y que crees con toda seguridad que eres capaz de lograrlo, pondrás todo de tu parte para conseguirlo, harás todo lo posible y sí, al final lo conseguirás, porque con buenos objetivos, trabajo, esfuerzo, constancia y actitud lo imposible se convierte en posible.
Así que retomad con alegría esos propósitos de año nuevo y no los dejéis de lado por muy difíciles que los veáis, recuperar la ilusión que os hizo plantearlos como objetivos para conseguir este año, reformularlos y dividirlos en pequeñas metas, PORQUE SÍ QUE LO PODÉIS CONSEGUIR 🙂
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