Cada diez segundos, una persona muere en el mundo como consecuencia del consumo de tabaco.
Una gota de nicotina pura en la cavidad bucal de un gato lo mata en un minuto.
Después de estas frases igual hay personas que dejan de leer este artículo: “ya está esta con la cantinela de siempre, fumar es malo, y ¿qué?”. Al parecer todos sabemos que fumar es malo, nos lo han dicho, nos lo repiten, hacen campañas super explícitas para sensibilizar, suben el precio del tabaco… pero sigue habiendo gente que fuma y que no quiere dejarlo. ¿Por qué?
El tabaco es una adicción y por esta razón nuestro cuerpo nos dice necesitarlo haciéndonos obviar que hay más de 50.000 estudios científicos que lo relacionan con enfermedades muy graves como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Además como adicción su consumo va en aumento, haciendo que el fumador dependa cada vez más de la sustancia, cuando nuestro organismo tiene una falta de la sustancia nos pide más y por eso no queremos dejarlo o cuando queremos dejarlo no podemos.
La conducta de fumar se mantiene debido a factores biológicos, psicológicos y sociales.
Factores
biológicos |
Síndrome de abstinencia provocado por la nicotina:
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Factores psicológicos
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Refuerzo positivo:
Refuerzo negativo:
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Factores sociales
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Se fuma en determinados ambientes y en ciertas situaciones
Presión social
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Cuando alguien se plantea dejar de fumar suele hacerlo por motivos de salud: cuando nos llevamos un “susto” reaccionamos y tomamos la decisión de dejarlo completamente. También por motivos económicos: el tabaco es caro y además va a seguir subiendo. De esta forma la persona que fuma un paquete de tabaco al día se gasta una media de 1600€ al año. También por motivos estéticos, los fumadores huelen mal, tienen los dientes, los dedos y la cara amarillentos; además el fumar atrofia el sentido del gusto y del olfato y lo último pero no menos importante quieren dejar de estar controlados por una sustancia: la persona no es libre de elegir cuando quiere fumar y cuando no por mucho que queramos creer lo contrario: aunque en el cine puedas estar 3h sin fumar, cuando salgas tendrás la necesidad de hacerlo. Así que no se pierde un placer, se deja una adicción que te puede costar la vida.
Mucha gente piensa que para dejar de fumar se tiene que hacer de un día para otro: tomar la decisión consciente de que se va a dejar de fumar, tener un “click” interno que nos dice que esto no es bueno para nosotros, que no nos gusta, que no nos hace bien, que es demasiado caro… y es así. Muchas veces la mejor forma de dejar de fumar es tener la determinación clara y fuerte de que ya no vamos a fumar más. Pero muchas veces también cuando se toma esta decisión y al cabo de cierto tiempo se recae. Esto se suele atribuir a la fuerza de voluntad y al grado de autocontrol de la persona pero realmente lo que nos pasa es que tenemos una conducta instaurada en nuestro comportamiento que puede no ser tan fácil de quitar y además la nicotina está poniendo en marcha el síndrome de abstinencia en nuestro cuerpo, algo que lo pone todavía más difícil y que nos hace no querer evitar sentir estas sensaciones tan desagradables y volver a coger el cigarrillo.
¿Por qué acudir al psicólogo para dejar de fumar?
Tras años de investigaciones sobre la conducta de fumar se han desarrollado distintas terapias psicológicas para abandonarla. Un tratamiento basado en la orientación cognitivo-conductual te puede ayudar a dejar de fumar sin sufrir el síndrome de abstinencia puesto que irás reduciendo de forma gradual la cantidad de nicotina que ingieres y además con la ayuda de un profesional te podrás enfrentar a los problemas que dejar esta adicción te puede ocasionar.
Pero el primer paso tienes que darlo tú, tienes que convencerte de que fumar es una adicción que te está perjudicando y saber que dejar de fumar no es tan difícil como muchas veces nos lo hacen creer, muchísimas personas han conseguido dejar de fumar. Por muy enganchado que estés, dejar de fumar es posible, si lo intentas te darás cuenta de que cuesta menos de lo que parece y tu salud te lo agradecerá.
¡Decídete a cambiar de vida!